Dentro del
sector turístico existen dos variantes para
poder incrementar su producción y sus ventas sin tener la necesidad de
contar con terceros.
La
perdurabilidad de un centro turístico se basa en la buena gestión del upselling
y del cross-selling y de incentivar al personal para que provoque en nuestro invitado la necesidad
inconsciente de poder conseguir una gran experiencia a un coste mucho más
elevado.
Debemos
crear un programa de incentivos de
cross-selling dentro del hotel
para persuadir a nuestros empleados de que otro servicio consumido es un beneficio propio.
-Imagen en
web: Es determinante nuestra imagen ya
que de ello dependerá que nuestro futuro huésped quiera o sueñe con vivir una
experiencia u otra.
Debemos de
ofrecer a nuestro cliente las mejores opciones, las más exclusivas y por
supuesto esta debe ser la mejor posicionada dentro de la web.
Es decir
si las habitaciones que el huésped puede
visionar dentro de la web son superiores o suites, no podemos posicionar en el
apartado de reservas dicha opción como
la última. Debemos ofrecer al cliente diferentes opciones de alojamiento y
diferentes opciones de servicios. El cliente debe recibir la oferta de servicios
extra como parte de la creación de su experiencia y no de un sobrecosto en su
estancia.
-Nuestro
personal del Hotel debe enamorar a nuestro huésped a su llegada. Empieza la
venta directa y el uso de todas nuestras herramientas de upselling y cross-selling.
Si nuestro huésped
ha sido desconocedor de la posibilidad de alojarse en una habitación superior
debemos informarle y recomendarles todos los packs disponibles que hay en el
hotel, en función siempre de la tipología de huésped. (upselling)
Es la hora
donde el cross-selling toma su gran protagonismo. No podemos vender si no somos
conocedores de lo que vendemos.
Por este
motivo es muy importante que todos los colaboradores del hotel sean conocedores
de todos los servicios que ofrecemos.
Convertir a nuestros colaboradores en huéspedes por un día, es una acción que
todo Directivo tiene que realizar.
Vendamos el
Hotel y pongámosle nombre propio. Ya no llamaremos a la zona de aguas: Spa, le
llamaremos Noelia que es quien nos recibirá y nos hará olvidar con un masaje
neurosedante a 4 manos todas las tensiones del día a día.
El Bar se
llamará José porque es el quien prepara unos cocktails personalizados y unos vodkatonics que harán despertar todo un mundo de
sensaciones.
Y el
restaurante Lia porque solo ella sabe reconocer que tipo de experiencia gastronómica
quieres vivir.
Humanizando los
servicios se hacen más cercanos y eso provoca inconscientemente la intencionalidad de querer consumirlos.
Porque no
hablamos de Hotel, sino de personas. Porque no Hablamos de estrellas sino de
Experiencias.
Las
personas son parte esencial de las
experiencias y detrás de cada persona existe una experiencia por provocar y descubrir.